El ser humano es inconformista por naturaleza. Quiere aquello que no tiene en su día a día. La rutina se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de la era moderna. A todos nos gusta viajar, descubrir nuevos lugares, nuevas culturas, nueva comida. Por eso nos atrae aquello que percibimos como exótico. Lo que nos lleva a otros lugares, otros tiempos, incluso otras realidades. Nos permite enriquecernos personalmente, dejar volar nuestra imaginación. Y, porqué no, también nos da interesantes temas de conversación de sobremesa.
¿Qué es el exotismo en publicidad?
Las empresas nos conocen mejor de lo que pensamos. Saben de nuestros deseos e intentan hacerlos realidad. Por eso cada vez son más las marcas que optan por ese exotismo para crear su imagen de marca y diferenciarse así de su competencia.
Dentro de su yo profundo cada persona se siente atraída, incluso identificada por un lugar o época determinado. Bien sea por su estética, por sus valores, por referencias culturales… Lo cierto es que determinadas localizaciones generan un gran efecto de bienestar en cada uno de nosotros.
"Cada vez son más las marcas que optan por el exotismo para crear su imagen de marca y diferenciarse de su competencia."
Más allá de estas preferencias también encontramos las modas. Los cazadores de tendencias buscan constantemente aquellas ideas que les hagan ganar su próximo millón. Ideas que tendrán una duración determinada y serán reemplazadas por otras.
El exotismo genera curiosidad, ilusión y diversión. Factores muy buscados en esta vida sedentaria y rutinaria. Por ello las marcas cada vez más optan por ofrecernos realidades paralelas que nos alejen de nuestro día a día.
La carismática cultura centroeuropea
No hace falta irse muy lejos para encontrar un buen ejemplo de exotismo corporativo. La cadena de restauración catalana Viena hace años entendió que el concepto del exotismo debía ser el eje de su cadena de valor.
Para ello decidió trasladar a sus clientes a la tan bien valorada cultura centroeuropea. Mediante su ambientación Viena fue capaz de asociar su imagen de marca a los valores que esa cultura transmite: eficiencia, profesionalidad, calidad, distinción…
La televisiva USA de los años 50
Las marcas no sólo nos permiten trasladarnos en el espacio. También en el tiempo. El poder del cine y la televisión americana sobre los países occidentales es más que evidente.
Una de las imágenes más icónicas que han aportado es la de los restaurantes de los años 50. Este es el caso de la cadena de restaurantes norteamericana Peggy Sue.
"Las marcas no sólo nos permiten trasladarnos en el espacio. También en el tiempo."
En este caso la propuesta estética adquiere una mayor importancia que el anterior. Se cuida hasta el último detalle para que los clientes sientan que están sentados donde en su momento lo estuvieron sus ídolos cinematográficos.
La diversión de reconstruir la historia
No sólo en la restauración podemos encontrar claros ejemplos de exotismo. También en el sector del entretenimiento este concepto está muy arraigado. Este es el caso del parque temático de atracciones Port Aventura.
Este referente de la diversión cuenta ni más ni menos que con cinco áreas temáticas diferenciadas: Mediterrània, Polynesia, China, México y Far West. Serían seis si contáramos el mundo infantil de SésamoAventura. Cada área recrea una realidad distinta, dando la sensación a sus clientes de viajar a través del mundo y la Historia en un único día.
El ser humano es inconformista por naturaleza. Quiere aquello que no tiene en su día a día. La rutina se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de la era moderna. A todos nos gusta viajar, descubrir nuevos lugares, nuevas culturas, nueva comida. Por eso nos atrae aquello que percibimos como exótico. Lo que nos lleva a otros lugares, otros tiempos, incluso otras realidades. Nos permite enriquecernos personalmente, dejar volar nuestra imaginación. Y, porqué no, también nos da interesantes temas de conversación de sobremesa.
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Las empresas nos conocen mejor de lo que pensamos. Saben de nuestros deseos e intentan hacerlos realidad. Por eso cada vez son más las marcas que optan por ese exotismo para crear su imagen de marca y diferenciarse así de su competencia.
Dentro de su yo profundo cada persona se siente atraída, incluso identificada por un lugar o época determinado. Bien sea por su estética, por sus valores, por referencias culturales… Lo cierto es que determinadas localizaciones generan un gran efecto de bienestar en cada uno de nosotros.
"Cada vez son más las marcas que optan por el exotismo para crear su imagen de marca y diferenciarse de su competencia."
Más allá de estas preferencias también encontramos las modas. Los cazadores de tendencias buscan constantemente aquellas ideas que les hagan ganar su próximo millón. Ideas que tendrán una duración determinada y serán reemplazadas por otras.
El exotismo genera curiosidad, ilusión y diversión. Factores muy buscados en esta vida sedentaria y rutinaria. Por ello las marcas cada vez más optan por ofrecernos realidades paralelas que nos alejen de nuestro día a día.
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No hace falta irse muy lejos para encontrar un buen ejemplo de exotismo corporativo. La cadena de restauración catalana Viena hace años entendió que el concepto del exotismo debía ser el eje de su cadena de valor.
Para ello decidió trasladar a sus clientes a la tan bien valorada cultura centroeuropea. Mediante su ambientación Viena fue capaz de asociar su imagen de marca a los valores que esa cultura transmite: eficiencia, profesionalidad, calidad, distinción…
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